Las necesidades no vitales son aquellas que no son esenciales para la supervivencia física de una persona, pero que pueden contribuir a su bienestar, comodidad o calidad de vida. Aquí tienes algunos ejemplos de necesidades no vitales:
Necesidades no vitales ejemplos
- Tecnología de última generación (como teléfonos inteligentes de gama alta).
- Ropa de diseñador.
- Joyas y accesorios de lujo.
- Vacaciones en destinos exóticos.
- Vehículos de lujo.
- Membresías exclusivas a clubes o gimnasios.
- Artículos de decoración costosos.
- Productos de belleza de alta gama.
- Gadgets electrónicos no esenciales.
- Muebles de diseño.
- Experiencias de entretenimiento costosas (como conciertos VIP).
- Coleccionables y antigüedades.
- Deportes extremos y actividades de aventura.
- Comida gourmet y restaurantes de alta cocina.
- Obras de arte y objetos de colección.
- Suscripciones a servicios de streaming premium.
- Instrumentos musicales de alta calidad.
- Equipamiento deportivo de lujo.
- Artículos de lujo para mascotas.
- Elementos decorativos para el hogar.
- Cursos o clases de hobby costosos.
- Artículos de lujo para el cuidado del hogar.
- Productos de alta gama para el cuidado personal.
- Boletos para eventos exclusivos.
- Equipamiento tecnológico de última generación (como televisores de gran tamaño o sistemas de sonido de alta fidelidad).
Estos son solo algunos ejemplos, pero demuestran cómo la publicidad y las influencias sociales pueden crear falsas necesidades que impulsan el consumo innecesario.
¿Qué es una necesidad falsa?
Una falsa necesidad es aquello que se percibe como esencial para la vida, pero que en realidad es una creación o construcción social, cultural o comercial. Y la realidad es que estas “falsas necesidades” no son vitales para el funcionamiento básico de una persona pero se promueven como indispensables a través de la publicidad, el marketing o las influencias sociales.
